80 entradas publicadas. Pongamos que yo escribí 40. De todas ellas, ¿cuántas tenían sentido? ¿cuántas decían realmente algo? ¿cuántas habrán inspirado a alguien? ¿alguien habrá vuelto a releer alguna que le haya gustado? No creo. Sí, lo sé, la idea es que tengan sentido para mí, que sea yo la que se sienta realizada escribiendo... pero es que no es así.

Si algo no se te da bien, aprende o dedícate a otra cosa. Vomito y vomito palabras, y la mayoría de las veces al leer lo que sale de mí sólo encuentro vacío. Nunca supe escribir, y este blog era mi manera de intentarlo, de intentar acercarme a los demás con cada post. Fracaso, eso siento.

No es que me esté rindiendo, procuro hacerlo cada vez menos, pero es que leo cosas con sentido y me siento hipócrita ocupando un espacio que les corresponde a ellos, a los que dicen algo. ¿Cobarde? ¿Extremista? Puede, pero para hacer algo a medias mejor no hacerlo, y yo siento que algo me falta.

No es esto una despedida, no es un adiós, pero sí es un hasta luego, no quiero seguir utilizando este blog sólo para desahogarme como si fuera un diario, quiero escribir cosas plenas.

Hoy me desnudo ante vosotros para deciros que me voy, lo dejo, paso el testigo a mi compañera de azañas para que ella siga lo que ambas empezamos.

Prometo volver, aunque sólo sea para escribir una despedida definitiva. Hasta entonces, gracias a los que me han leido y comentado, y gracias a Tati por brindarme la oportunidad de compartir esto con ella. Ahora es tuyo cielo, disfrútalo.

Cris.