Un día cualquiera te levantas pensando que algo nuevo tienes que hacer, es como si tu cabeza te pidiera nuevas metas, nuevos retos, nuevas inquietudes. Respiras hondo intentando entender qué es lo que buscas realmente, qué quieres decirte a ti mismo con eso de "algo nuevo, algo distinto, un comienzo". Lo analizas y descubres que necesitas buscar sentido a tu camino, o quizás sea sólo un deseo consciente de cambiar de rumbo en busca de experiencias nuevas.

Sí, ya sé lo que quiero hacer, quiero estudiar una nueva carrera, quiero comenzar una nueva etapa, quiero ser universitario. ¡Qué palabras cargadas de sentido y responsabilidad!. Ser de nuevo estudiante, ser el "abuelo de clase", "ser alguien que se convierta en otro alguien para ser yo". Un sueño, una idealización, un enfrentamiento público.

Una palma de mano abierta te golpeó en la espalda y te dio el empujón, pero fuiste tú el que decidió emprender el camino. Corre, salta, camina, anda...llega a la meta. Estaré esperando con una sonrisa enorme cuando cruces la cinta que marca el final del trayecto, pues la victoria ya es tuya.

Te espera una carpeta, un cuaderno, un bolígrafo...una licenciatura. ¿Preparado?, ¿listo?...ya!.