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Ya sé cómo me dices
lunes, 16 de julio de 2007 Mi pequeño homenaje


Me despertaba, desayunaba, me duchaba, venía al trabajo, encendía el ordenador, abría Internet y en Google escribía dos palabras: La Entelequia. Su blog aparecía ante mí y yo lo disfrutaba con ganas. Era una rutina maravillosa, porque siempre encontraba algo nuevo, o volvía a leer algo antiguo que me había gustado. Había mucho donde elegir.

Normalmente sus historias era cortas, casi siempre divertidas, algunas muy emotivas, muchas con moraleja, todas con mensaje. Contaba cosas cotidianas disfrazadas de cuento, había héroes y antihéroes, sonrisas y lágrimas, quejidos y gritos de alegría, sabores, fantasías, música... y todo acompañado de imágenes que ya formaban parte de su estilo, fotos que siempre mostraban algo bello, algo que le hacía único.


Durante mucho tiempo disfruté mañana tras mañana del placer de la lectura fresca y dinámica que me ofrecía este blog. Yo, que no sé escribir, me descubrí sintiendo muchas cosas al leerle, sin querer me abría una puerta hacia él, sin querer convertí aquel blog en algo que llenaba una parte de mis días. Puede que no fuera el mejor escritor, puede que a veces tuviera faltas de ortografía, puede que como lectora a veces no comprendiera algunas historias, pero me encantaba su forma de llegar a mí con sus palabras. A lo mejor nunca se lo dije, puede que no le comentara lo suficiente, pero esto es lo que sentía.

Una mañana leí un nuevo post, su último post: Fin. El título lo decía todo, pero yo no quería creerlo. Lo leí, y sin darme cuenta las lágrimas resbalaron por mi cara sin remedio. Ya no habría más cuentos, aquel ron me dejaba un sabor agridulce, un sabor a despedida... A pesar de la tristeza me sentí orgullosa, hay que ser muy valiente para saber que ha llegado el final de una etapa y asumirlo mirando al frente y con la cabeza muy alta.

Porque el fin de una etapa supone el amanecer de una nueva y él tiene fuerza para descubrirla, por todo lo que he sentido leyéndole, por lo que es y lo que quiere ser, y por su lucha para conseguirlo, quiero brindarle este pequeño homenaje, sincero y desde el corazón, al Señor de la Entelequia, que tantos momentos me ha regalado. Gracias, muchas gracias.

Publicado por cris y tati :: 3:01 :: 0 comentarios

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