Subimos las escaleras del metro a contrarreloj, llegábamos tarde. El individuo que debía esperarnos decidió que llegaría tarde también, por lo que decidimos fumarnos un cigarro mientras debatíamos con desdén si la que salía en la foto del cartel de la película de estreno era "X" o era "y". Unos cuantos chistes, palabras salidas de la boca sin ánimo de expresar, risas.

Llegó nuestro individuo, nos dio el tesoro como si fuese un alivio despojarse del él. Vuelta hacia el túnel. Retorno.

Bajamos las escaleras del metro, llegábamos tarde otra vez. Nuestro metro nos hacía esperar. Nos sentamos los tres en un banco para que la espera se hiciese más amena. Nuestro medio de locomoción amenazaba con aparecer en un minuto.

Mis acompañantes se levantaron con ímpetu, pero cuál fue la sorpresa de turno...me vi atrapada por mi propio botón al banco donde tenía aposentado mi culo!!!. Sí, dejo unos minutos para que todo lector se parta de risa y así poder leer a continuación el desarrollo de la historia. ¿ya?. Pues bien, la situación era ésta, yo y mi culo queríamos movernos, pero el botón de mi pantalón decidió que era mejor quedarse en el sitio, Me empiezo a desesperar, busco ayuda y lo único que recibo a cambio son risas, carcajadas y un "rápido que perdemos el tren".

Bien, me quedé allí, sentada, frustrada, imaginando que ya tenía que verme envuelta en la tesitura de quitarme los pantalones en medio de la muchedumbre para poder escapar de las garras de mi botón. Por fin, mi salvador paró de reír y logró soltar el botón del banco.

El tren se marchó sin nosotros, pero la espera se volvió divertida pues de lo único que se hablaba era de cómo podía quedarme atrapada con mi propio botón del pantalón...Esperé el siguiente tren de pie.