Un día cualquiera te levantas, un poco más cansada de lo normal, pero con esa sonrisa que parece que te invade al comenzar la calle del día, hasta terminar en la calle de la noche. Muchas veces existen intersecciones o callejuelas que pretenden que tu sonrisa desaparezca, pero tienes que intentar tomar otra calle, no vaya ser y caigas en una que está cortada y no puedas salir.

Ayer me metí en una calle nueva, comencé a caminar y acabé llegando a una vía que mostraba dos caminos. Pensé que la opción correcta era la izquierda, pero no pude avanzar, pues es el camino más lento, el que posee más dificultades, el que se adormece. El camino de la derecha, parece igual que el de la izquierda, pero ese es fácil tomarlo, es el que posee la fuerza, el que posee el mando total. Son vías hermanas, que todos tenemos, pero que en mi caso, funcionan diferente, es cuestión de poner manos a la obra, llamar a los obreros y que intenten dejar el camino izquierdo igual que el derecho, aunque sé que el mayor esfuerzo lo debo hacer yo, pues yo construí esas dos vías, y ahora la izquierda falla, quizás sea para el resto de mi vida, quizás sólo sea por un tiempo, pero....y si intento fortalecer con un buen asfalto y el camino se vuelve más seguro?. Yo desde luego que lo intentaré, pues me siento muy frustrada al ver que mi camino izquierdo pierde fuerza, pierde autoridad...Qué impotencia al ver que los dos caminos que hacen que tu vida parezca más fácil, están fallando, bueno, uno de ellos...Quizás algún día logre que mis dos caminos funcionen al unísono, con la misma calidad, con la misma fuerza, con el mismo espíritu.

¿Preparada?...obreros, a trabajar!!!!!!!