jueves, 21 de junio de 2007
Mi caja

El otro día me subí al autobús y logré ver que todo el mundo me observaba con cara de incrédulos. En un primer momento pensé que debía llevar algo mal puesto, quizás la camiseta, quizás mi pantalón estuviese manchado, quizás mi pelo no estaba bien peinado...pero no, no era eso, la gente me observaba por mi caja. Sí, mi caja, esa que me acompaña a todos los lados, aquella que está hecha de sentidos, aquella que solo yo puedo transportar, aquella que últimamente pesa como si quisiese quedarse en el suelo, agotada de aguantar tantas cosas a la vez. Sus solapas están ya desgastadas, tiene pequeños agujeros donde a veces, incluso, entra el sol, está manchada por todas partes, pero sigue manteniendo entereza porque sabe que puede contener más, o no. Quizás se haya dado cuenta de que es más frágil de lo que piensa.
Imaginaros una caja. Sólo una caja, da igual el material del que dispongáis en la cabeza, sólo una caja. Contiene sentimientos, contiene risas, lágrimas, miedos, dudas, felicidad, tranquilidad, angustia, valentía, arrepentimiento, absurdeces, furia, control, etc...contiene tanto que a veces me chilla porque no puede con tanto peso. Lleva ya dos semanas dejándose la garganta porque ya no puede más, porque está harta de cargar, porque quiere tomarse un descanso y ver si en la tienda donde la compré tienen el remedio para su cura.
Mi caja se rompió, me ha abandonado, y lo más triste es que la tienda donde la compré ha cerrado. Y me pregunto yo, ¿dónde voy a conseguir una caja tan pequeña que camine conmigo llevando tanto peso?
Hoy me he subido al autobús, nadie ha notado mi presencia, ¡qué incrédulos!, no tienen ni idea de lo que echo de menos a mi caja. Sólo me queda darte a tí, Mundo, las "gracias" por haber dejado que mi caja se rompiera.
Publicado por cris y tati ::
8:19 ::
0 comentarios
Post / Leer cometarios
---------------oOo---------------