Ya sé cómo me dices
jueves, 18 de enero de 2007
Hermano
Hoy mi hermano está un poco malito. El dentista está haciendo bricomanía con sus dientes. Supongo que, en palabras de Marlowe, es como si alguien estuviera construyendo una gasolinera en su mandíbula. Quizás porque yo también he sufrido la ira de los "piñólogos" y comprendo que debe ser desagradable, hoy me he despertado pensando en él...
Mi hermano no lo es porque llevemos la misma sangre, ni porque nos parezcamos en exceso (ése es otro Carlos), lo es porque hay muy pocas personas en mi vida que estén tan cerca de mí como él. Creo que no me corregirá si digo que nos costó bastante acercarnos el uno al otro, a mí por respeto y esa extraña sensación de no tener nada inteligente que decir. A él... no lo sé. La cuestión es que cuando empecé a conocerle mejor me emocioné mucho. Estaba descubriendo a una persona maravillosa, y eso me llenaba. Lo mejor de todo es que cada día me llena un poco más.
Me resulta muy difícil abrirme a la gente, soy malísima calando a las personas, pero al conocerle me di cuenta de que con él no hacen falta barreras, puedo ser siempre yo misma, puedo mostrarme en todo momento tal y como soy, sin tapujos, sin disimulos, sin palabras forzadas, sin promesas que no se cumplen. Es una sensación preciosa la de no tener miedo nunca a ser juzgada, la de no pensar ni un segundo si me dirá una cosa pero estará pensando otra, la de sentirme querida, y bien querida, de una manera generosa y nunca egoísta.
En fin, que descubrirle es una de las cosas más bonitas que me ha pasado en mucho tiempo. Sólo espero que siga por mucho tiempo siendo mi tabla de salvación y que podamos seguir construyendo juntos mil burbujas.
Publicado por cris y tati ::
1:37 ::
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