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Ya sé cómo me dices
jueves, 12 de abril de 2007 Heroína


Desde bien pequeña sentía que su mente no funcionaba como la del resto del mundo. Se veía diferente, más diminuta, más vulnerable, más frágil. Algo en ella no iba bien, de eso estaba convencida. Con los años se dió cuenta de que existían personas que intentaban ayudarla, personas fuera de su entorno que se dedicaban a resolver problemas como el suyo. Decidió que de mayor ella también lo haría.

Eligió muchas profesiones, porque no podía decantarse por una sola, pero todas ellas tenían que ver con ayudar al mundo. Una pequeña heroína se estaba forjando... o eso creía al principio. Se lo tomó muy en serio, quería sentirse alguien, pensar que valía para aquel trabajo, sería la mejor.

Surgió un problema: en los dibujos que veía de niña los héroes nunca decían "no, hoy no me apetece hacer nada, me tomaré un día de descanso". No había tregua para ellos, pero ella se tomaba días de relax constantemente. Y así empezó a fallarse.

Sin darse cuenta los días de no trabajar se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Una mañana se despertó pensando que había invertido su tiempo en mil cosas, pero no en su carrera, ni un solo segundo para su futuro. Aquel pensamiento de salvar el mundo se había perdido en alguna parte, lo sentía lejano y difuso. Se paró a pensar en todas las cualidades que tenían los que llegaban a algo, y no vió ninguna en ella.

Pero no importaba, no iba a quedarse en un rincón autocompadeciéndose, lucharía por volver a retomar su formación. Sabía que le fallaba la fuerza de voluntad, pero eso no podía ser más una excusa. Lo conseguiría. Empezó fuerte, con ganas, y, aunque muchas veces seguía cayendo en la rutina de no hacer lo que debía, sabía que aquel era su momento. Ese año sin más retrasos acabaría sus estudios.


Un día le llegó una carta. Era de la universidad. Decía algo así como "lo sentimos mucho, pero tiene usted una asignatura suspensa de la que no podrá matricularse hasta el año que viene".

Lo que ella leyó fue "lo sentimos, pero definitivamente usted no sirve para esto, vaya pensando en dedicarse a otra cosa". Se le cayó el mundo encima. De nuevo no podía mirarse en el espejo sin sentir cierta vergüenza de sí misma. La heroína se esfumó.

Publicado por cris y tati :: 2:02 :: 1 comentarios

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